Evidencias en contra de la relación entre teléfonos móviles y tumores

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Introducción, nuevos estudios

Recientemente se ha publicado en Skeptic Magazine un artículo del físico Bernard Leikind titulado Do Cell Phones Cause Cancer?, en el cual se aportan datos sobre la imposibilidad de que los teléfonos móviles provoquen cáncer. Apoyado además en los datos estadísticos del estudio INTERPHONE, publicado en mayo de este año en el cual se concluye que no existe relación entre el uso intensivo o no de teléfonos móviles y el aumento de riesgo de tumores cerebrales. En este estudio, que es el mayor realizado hasta la fecha, se estudiaron 2708 casos de glioma y 2409 de meningioma en 13 países.

Radiación ionizante frente a radiación no ionizante

Como se indica en el artículo de Skeptic Magazine, partiendo de la base de que la radiación emitida por un teléfono móvil está por debajo de 2,5 GHz (entre 800 y 1900 MHz para 2G y sobre 2 GHz para 3G) y que la potencia emitida ronda 1 W, se trata de una radiación no ionizante de baja potencia. La capacidad ionizante de una radiación depende de la energía, según la fórmula de energía de un fotón: E=h·f (h es la Constante de Planck y f la frecuencia en Hercios).

Tomando una frecuencia de 2,5 GHz, resultaría en una energía de menos de 1 J/mol. En comparación, una radiación ultravioleta de 1 PHz (1000 THz) tiene una energía de algo menos de 400 kJ/mol, y la energía de disociación del enlace entre oxígeno e hidrógeno en una molécula de agua es de unos 490 kJ/mol, y la energía de disociación del enlace de puente de hidrógeno entre dos moléculas de agua de unos 23 kJ/mol.

Por tanto, la radiación de un móvil está muy alejada de aquellas que son capaces de dañar las moléculas de ADN, mucho menos provocar mutaciones que deriven en cáncer. Si tenemos en cuenta que las bases de Adenina y Timina se conectan con dos enlaces por puente de hidrógeno (N-H-O y N-H-N) y las bases Guanina y Citosina con tres (dos N-H-O y un N-H-N), la energía necesaria para separar las bases de ADN es bastante grande. Aunque se ha conseguido separar las bases con energías más reducidas, sigue tratándose de radiaciones mucho más energéticas (a partir de 100 kJ/mol), y en un escenario que requiere radiación ionizante.

Figura 1 Enlaces de hidrógeno en las parejas de bases del ADN

Mucho antes de eso, deberíamos preocuparnos más por la luz de una lámpara, y, por supuesto, por los rayos ultravioleta procedentes del Sol. La energía por mol es la que marca la diferencia entre radiaciones ionizantes y radiaciones no ionizantes.

Figura 2 Espectro electromagnético y efectos biológicos

Potencia

Por otro lado, la potencia emitida es tan baja que ni siquiera con el efecto biológico característico de su rango de frecuencias, el calentamiento de masas de agua y grasa, justificaría una preocupación por esta radiación. El calentamiento del agua y la grasa de nuestro cuerpo por la radiación emitida por un teléfono (recordemos, del orden de 1W) es absorbido rápidamente por las moléculas colindantes, y en caso de que se llegara a un aumento de la temperatura por este efecto, el propio cuerpo se encargaría de anularlo. Recordemos que al hacer ejercicio el aumento de temperatura corporal se traduce en sudoración para regular la temperatura de nuestro cuerpo. Como dice el autor, Bernard Leikind, «si la potencia inferior a 1 W de un teléfono móvil causa cáncer, ¿por qué no lo hace mi sesión de ejercicio de más de 1000 W?».

Disclaimer

Como estos temas siempre despiertan polémica sobre la financiación por partes interesadas, respecto al posible conflicto de interés en el estudio de INTERPHONE, en el artículo se indica que:

  • La Asociación de Telecomunicaciones Inalámbricas Canadiense (CWTA, Canadian Wireless Telecommunications Association) proporcionó soporte técnico al estudio en Canadá dando acceso a informes de facturación de telefonía móvil de los sujetos del estudio, datos de niveles de potencia de las estaciones base y equipamiento usado por el equipo de investigación en Ottawa para medir la potencia de salida de los teléfonos. La CWTA no tuvo implicación en el diseño ni dirigió el estudio.
  • Los gastos de viaje de unos de los miembros del equipo para una conferencia fueron pagados por el Centro Australiano para la Investigación de los Efectos biológicos de la Radiofrecuencia (Australian Centre for Radiofrequency Bioeffects Research), que tiene a Telstra Australia como entidad participante. Asimismo, dicho miembro posee 426 acciones de Telstra y su pareja 852, con fecha 10 de diciembre de 2009.

Por otra parte, el trabajo de investigación fue financiado por el 5º programa marco de la UE y por la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC), que recibió para este propósito fondos del Mobile Manufacturers’ Forum y de la GSM Association. En cualquier caso, la provisión de fondos a los investigadores de este estudio se rige por la independencia científica acordada.

Referencias

  1. Entrada relacionada: Un estudio descarta la relación entre telefonía móvil y riesgo de cáncer.
  2. The INTERPHONE Study Group, Brain tumour risk in relation to mobile telephone use: results of the INTERPHONE international case–control study, International Journal of Epidemiology, mayo 2010.
  3. Bernard Leikind, Do Cell Phones Cause Cancer?, Skeptic Magazine, octubre 2010.
  4. Wikipedia (EN): Radiación Ionizante.
  5. Wikipedia (EN): Enlace por puente de hidrógeno.
  6. Wikipedia (EN): Energía de disociación de enlace.
  7. Wikipedia (EN): Par de bases.

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2 comentarios en “Evidencias en contra de la relación entre teléfonos móviles y tumores

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